martes, 12 de enero de 2010

El núcleo Juvenil Amelio Silva, recuerda Amaury German y sus compañeros de lucha.


El miércoles 12 de enero del año 1972 pudo haber sido uno de los tantos dias del calendario dominicano. Pero no lo fue. Lo que aconteció ese día lo convirtió en una excepción respeto a todos los 12 de enero del pasado y el futuro de la patria.Cuatro hombres portadores de reales visiones de futuro les entregaban involuntariamente sus existencias físicas a la nación dominicana. Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal Prandy y Ulises Cerón Polanco, demostraron ese día; ese siempre recordado día que cuando la causa que se defiende es justa y ella lleva impresa la defensa de las libertades, la justicia social y la defensa de la soberanía, nunca importa el numero de armas que se tenga en las manos para defender sus ideales sino el numero de estrellas en la frente.La sombra del terror se esparcía por toda la geografía nacional. La muerte con su afilada espada asechaba a cada hogar dominicano. Era 48 mil kilómetros cuadrados de cárcel. Una patria secuestrada por la maldad gobernante hecha hombre en la figura del Dr. Joaquín Balaguer. Los avances noticiosos de Radio Comercial y Radio Mil nos lo recordaban a diario. Las libertades públicas eran inexistentes. El respeto a los derechos humanos una verdadera quimera.El respeto a la dignidad de la vida humana campeaba por su ausencia. ¿Y la muerte?, la muerte era el común denominador para aquel o aquella que enfrentase ese maldito estado de cosas. Pero a pesar de todo se enfrentaba.Estar de rodillas nunca ha sido la divisa de los hombres y mujeres nacido en esta parte del mundo. Frente a la opresión siempre ha habido resistencia y en esa resistencia el pueblo ha tenido que ofrendar cuantiosas cuotas de sangre. La de Amaury y sus compañeros fue una de ellas. Sobre ellos se desató una de las más voraces represiones. Fueron acusados de cuantas barbaridades se les ocurriera a los mentalmente enfermizos y afiebrados esbirros del balaguerismo. Les acosaron con sañas y alevosía. No les dejaban vivir en paz en una patria que de ellos solo recibió amor y sacrificios. Sobre sus familiares se cometieron verdaderas atrocidades que iban desde la amenaza hasta falsas noticias de sus muertes.Ese fatídico 12 de enero los dominicanos y dominicanas fueron despertados por una triste pero esperada noticia: los muchachos de Los Comandos Revolucionarios de la Resistencia estaban rodeados en una cueva del kilómetro 14 de la Avenida Las América. La ubicación realizada por los servicios de inteligencia militar del gobierno balaguerista y la embajada Norteamericana en el país fue realizada en horas de la noche anterior a ese día cuando un contacto les llevaba algunos objetos y avituallamientos.Es por ello que para mayor seguridad los revolucionarios abandonan la casa en que se encontraban y se ubican en una cueva cercana a la misma. En horas de la madrugada, se produce el primer enfrentamiento con tropas del gobierno cuando La Chuta y Ulises salen de la cueva rumbo a la casa a recoger unos pertrechos militares cayendo esto abatido al instante. De inmediato se desarrolla un combate infernal entre miles de Agentes policías y miembros de los diferentes cuerpos militares del país, asesorados por el Grupo de Asistencia Militar de la Embajada Norteamericana en el País, MAAG. Diez largas horas de resistencia acompañaron la valentía y coraje de Amaury Germán Aristy y Virgilio Perdomo. Dos hombres en una cueva con pocas armas pero mucha dignidad. Para poder exterminar pero nunca vencer a estos valientes hijos de la patria, no solo utilizaron mas de diez mil efectivos, sino también tanques de guerra morteros, bazotas, fragatas de guerra en las cercanas costas, helicópteros e incluso dos aviones militares norteamericanos llegados desde puerto rico con visión infrarroja para poder ubicar a estos heroicos y siempre recordados titanes revolucionarios.El ultimo en morir fue Amaury quien resistió una hora después de la muerte de Virgilio Perdomo y solo pudo caer cuando su fusil hizo silencio por la falta de proyectiles. Cuanta saña sobre su cadáver, los cobardes generales del balaguerismo, desataron su furia frente a un cadáver, después de diez largas horas de cobardía donde nunca expusieron sus vidas sino las de oficiales de bajos rangos, rasos y clases. Así actuaban los buitres vestidos de verde olivo del balaguerismo y el propio Balaguer, verdaderos cobardes sin pudor ni valor. Verdaderas bestias de la sangre y la barbarie. Este y todos los 12 de enero elevemos nuestros ojos hacia el claro cielo y cuatro de las tantas estrellas que vemos son esos Palmeros que nos miran con el mismo amor que en vida miraban a su patria y a su pueblo.

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