miércoles, 12 de enero de 2011

Que vivan los héroes del 12 de enero del 1972


Un Panfleto lo Cambio todo.




Seria necio decir que la mayoría de jóvenes de mi edad (20 años) y en especial, los santiagueros conocer la historia de como un grupo de jóvenes de entre 13-20 años pasaron hacer conocidos a partir de 29 de enero de 1960, como los Panfleteros de Santiago. Da pena y vergüenza reconocer que no, que la mayoría no conocer este episodio histórico que se suma ha la larga lista de lucha heroica que tenemos como pueblo.

Que desde el año 1957 Wenceslao Guillen se presto para organizar y dirigir a un selecto grupo de jóvenes de los barrios de Santiago bajo el nombre de Unión de Grupos Revolucionarios Independiente (UGRI) con el objetivo de contribuir a la lucha de resistencia contra la dictadura de Trujillo y su posterior derrocamiento.

La primera célula conocida de la UGRI la constituyeron Guillen, Manuel Bueno y Ramón Antonio Veras (Negro), este ultimo conocido jurista santiaguero, que se ha dado ha la labor junto ha otros de dar a conocer la historia de sus compañeros.

Wen, como lo conocían sus amigos y compañeros, llevo acabo junto con ellos diversas acciones contra la tiranía, entre la que se destaca la tirada de unos panfletos por las calles de Santiago ha finales del año 1959 que rezaban la siguiente leyenda en la parte frontal de los mismos: ¡Viva la Revolución!, ¡Abajo el Tirano!, ¡Libertad o Muerte! UGRI y en el reverso se leía: «Con el perdón de la expresión, Trujillo es un Mierda».Estos panfletos que fueron redactados en la casa de Guillen por Manuel Bueno significaron la sentencias de muerte para todos estos jóvenes, ya que la dictadura no toleraría tal muestra de rebeldía en ciudad tan importante como Santiago que siempre se ha inclino por lo mejores interese de la patria.


Debido ha esto la mayoría de los jóvenes que constituían la UGRI y que se ofrecieron para repartir los panfletos fueron capturados por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y llevados a la cárcel conocida como la 40 entre el 15 y 21 enero de 1960, justo en el momento en el que se efectuara ha nivel nacional una redada contra todos los miembros del movimiento clandestino 14 de Junio. Compartiendo luego algunos de esto celda con los jóvenes santiagueros.

Allí en la Casa de Canada como la llamara el poeta René del Risco fueron vilmente torturados e interrogados bajo métodos que reducían a la nada la condición humana de estos muchachos, pero ha pesar de esto ninguno de ellos llego ha contar nada que pudiera incriminar a los demás compañeros, demostrando con esto la disciplina y moral que poseían.

Para el 29 y 30 de enero luego de ser engaños a firma una carta en la cual se disculpa con Trujillo y notificaban a su familiares que habían sido puesto en libertad, 27 de estos jóvenes son asesinados de las maneras más macabras que la imaginación de sus verdugos pudo concebir, gracias a la ayuda de Ernesto Scott, un nazis, que se encontraba para entonces sirviendo al aparato represivo del régimen. Enterrándolos mas tarde a todos en un lugar que todavía hoy es desconocido.

Pero hoy donde el olvido inducido apremia cada día para seguir manteniendo oprimido un pueblo digno bajo las consignas de individualismo y el estilo de vida light en el que se mantiene sumergida a la juventud, su luz brilla como estandarte.Mis palabras no solo son para recordarlos a ellos y lo que hicieron, sino mas bien para que reflexiones el porque de su acciones y la necesidad que tenemos hoy de marcas estos paradigmas como nuestros nortes a seguir en nuestro comportamiento moral y ético en una nación que hoy mantiene una fiesta permanente de anti valores.

Una vez escucha la voz de una de las madres de los 30,000 jóvenes que desaparecieron en la década del setenta durante la dictadura militar de Videla en Argentina, cuando decía que ella no quería exhumar los cuerpos de los tres hijos que perdido, sino la idea de un mundo mejor por la cual ellos lucharon y por lo cual ella lucharía en adelante.